Música, la mejor droga.

Estoy segura de que todos han sentido lo que la música, una simple melodía, puede causar en nosotros, en lo que sentimos y pensamos. Es increíble, ¿no creen? Porque cada canción conecta a miles de personas con un mismo sentimiento y muchas veces uno no se da cuenta de eso, de lo realmente fascinante.

De cómo alguien puede sintetizar tantas cosas en un texto, luego ponerles una melodía y un ritmo, y finalmente lograr esa canción que sin importar si llega a ser muy famosa o no, ya logró expresar lo que el/la autor/a deseaba, y eso es lo que importa. A veces uno piensa que la vida de estos artistas es sencilla, pero si lo pensamos detenidamente, no es para nada así.

Además no tomamos en cuenta a los miles de millones de artistas músicos que existen en el mundo, casi siempre sólo tomamos en cuenta a los más famosos, y no vemos que aquellos no tan reconocidos tienen todo un camino por recorrer y aún así, si no logran una canción pegadiza que se vuelva famosa, no tendrán la vida que pensamos que tienen todos los músicos.

Bueno, me desvíe un poco del tema, siempre divago. Hablábamos de la música y lo extraordinario que conlleva, el cómo con una melodía puedes desahogarte, al provocarte llorar, o cómo puede subirte el ánimo, ponerte a cantar y a bailar. ¡Es simplemente extraordinario!

Ahora, para todos aquellos que no son muy expresivos con casi nadie y que prefieren guardarse todo para sí mismos, les recomiendo que escriban, escriban todo eso que sólo son capaces de hablar con ustedes mismos, y que si les gusta tanto la música cómo a mí, que aprendan a tocar algún instrumento y si lo desean, algún día compongan una hermosa canción.