No te extraño

Equivocadamente creí que te extrañaba, cuando lo único que sentía era nostalgia, ver películas

románticas no fue lo mejor, pues te dan expectativas e ilusión. Mis cambios de humor son constantes, pero este pensamiento lo tengo en mente desde hace mucho tiempo, así que no creas que es consecuencia de mi bipolaridad.

Olvidarme de ti es más que una simple decisión, porque más que nada lo que hago, es recuperar mi valor. Sin intentarlo y sin mala intención, causaste en mí mucho dolor. Así que me he hecho una imposición, tenerte en mi vida sólo por obligación, mantener una estricta relación profesional y arrancarte de mi corazón.

Ha estado funcionando, o eso pensé, hasta que escribí sobre extrañarte, ahora entiendo que tan sólo extraño al amigo que encontré en ti. Pues con él compartí muchos asuntos importantes, algunos de los cuales aquejaban mi quietud, pero siempre fuiste un soporte.

Sin embargo, al reconocer que estaba cegada por esa hermosa ilusión, caí en cuenta que fueron pocas las veces en que realmente me diste tu apoyo sincero. Creo que casi todo fue sólo por compromiso, por amabilidad y empatía, esas son virtudes que tienes de sobra.

Y no te culpo ni te tengo resentimiento, pues aún no te conozco lo suficiente y no sé con certeza si esa es tu forma de ser, o sólo es conmigo, al no ser relevante para ti. Igual y siempre comparto más de mí con las personas que menos se abren conmigo. Tampoco digo que sea un defecto, simplemente debo darme más importancia, y no expulsar todos mis sentimientos y problemas con casi desconocidos.

Esa es una razón más para cumplir este objetivo, ya que me debo a mí misma el probarme que sí soy la mujer fuerte que he venido construyendo durante varios años. Esa mujer fuerte que ya no duda de su valor, que ya no mendiga por amor, que sabe cuándo alejarse porque le están causando dolor.

Cualquiera puede malinterpretar una situación, y ese que mi caso, pero tampoco lo veo como una debilidad. Todo esto sólo me sirve de experiencia, para en el futuro cuidar más mis sentimientos y apartarme cuando no esté segura de las intenciones de los demás, sean buenas o malas, debo aprender a desconfiar un poco más de las personas que a penas llegan a mi vida.

Las emociones y sentimientos que me has causado desde el día que te conocí, sólo son bombas en la guerra constante que tiene lugar en mi mente. Y no son precisamente parte de la armería de uno de los lados de la batalla, porque estas bombas afectan a todos, por momentos que parecen

eternos.

En ocasiones sí se podría decir que debilitan a los pensamientos positivos, pero no en gran medida, puesto que al ser tan explosivas, causan daños en todo el campo de batalla y hasta más allá; incluso llega a los rincones más escondidos de este inmenso mundo que es mi mente y mi cuerpo.

Sin desviarme de lo que quiero expresar, diré que tus mensajes cortantes provocan bombas de ese

tipo, y aún peor, el ver algo que me hace caer de las nubes tan, pero tan bruscamente. Esas son las peores bombas, como el ver una foto que congela un momento de felicidad y amor entre tu pareja y tú.

Me temo que por más crueles y dañinas que sean, cortan la inspiración para que, tanto los pensamientos negativos como los positivos, dejen de considerarte a ti como recurso y fuente para sus ataques.